lunes, 22 de diciembre de 2008

Lars von! Lars Von Lars Von! Lars von Trier!




Si una palabra pudiera definir a este director danés posiblemente dicha palabra sería experimental. Tanto en forma como en contenido.
Y es que aunque en la mayoría de sus películas repita una estructura dramática (personaje, por naturaleza bondadoso, se introduce en una sociedad ajena a él, intentando ayudar. Cerca del final acaba/n por darse/darle una hostia de proporciones bíblicas y descubre que el mundo apesta), todas tienen algo de innovador, desde el uso del color en “Europa”, hasta la falta de escenarios en “Dogville”, pasando por la temática y ese formato de falso documental de “Los idiotas”.

Lars podría ser clasificado.
Por una parte, la típica clasificación pre/post dogma95. He de reconocer, por gafapasta que suene, que me gustan más sus trabajos post-dogma. No por las propias normas, que a fin de cuentas son una soplapollez, es autolimitar el cine sin ningún sentido (prueba de ello es que no tardó ni un año en pasarse sus propios mandamientos por el forro). Si me gusta más es porque se trata de un cine más maduro y personal y, por qué no, más tocapelotas, más provocativo, que después de todo es el sello de la casa de Von Trier.

Por otra parte, la otra clasificación sería lo que puedes tomarte mínimamente en serio y lo qué más vale tomarte a broma. Como ya he dicho Lars es un tocahuevos, es el tipo de persona con la que me sentaría en la barra de un bar a reírme de (casi) todo y todos.
Pero así como no todo debe tomarse en serio, tampoco debe tomarse todo a broma, como, a mi juicio, demuestra con el demoledor final de su película “Los idiotas”.
Es por ello que hay que saber distinguir, para disfrutar de sus cintas, en que momentos Von Trier habla en serio y en cuales lo hace con su socarrón humor.

Por ejemplo, la trilogía EE.UU. Puede tomarse en serio como crítica al ser humano, o a la sociedad, pero es absolutamente maniqueísta el pensar que lo que pasa en estas películas sólo pasa en EE.UU.
Es por ello que no pude evitar soltar una sonora carcajada al ver los créditos del final de “Manderlay”. Ganas de tocar las pelotas del amigo Lars.

Antes he mencionado el durísimo final de “Los idiotas”. Esa es otra de Lars, sus finales, sorprendentes, catárticos, y en muchas ocasiones, por desgracia, excesivamente efectistas. Es correcto y consecuente en “Los idiotas” o “Dogville”, pero exagerado en “Bailar en la oscuridad” o “Rompiendo las olas”.

Pre-dogma. Trilogía Europa

Europa:


Será cosa mía, pero tras ver todas sus películas, esta me pareció como una gran parodia. No sabría decir exactamente por qué, pero para mí es como una enorme burla al cine clásico americano, a sus héroes (un pardillo obligado a ser héroe y villano que para colmo acaba por volverse loco –y más…-), sus mujeres (en esta película con esos hiperbólicamente largos y artificiosos diálogos de femme fatale) e incluso a su estética, demasiado… ¿retro? No sé. Además está ese blanco y negro en ocasiones insultado por el uso innecesario del color (si bien en otras ocasiones añade fuerza dramática a la imagen).




Es mi libre interpretación de "Europa", mi paranoia personal, más causada por la contraposición de ésta con el resto de sus películas, radicalmente distintas en cuanto a su forma, que por la película en sí misma.
De todos modos ya se aprecia en esta cinta, una de sus primeras, algunas de las características básicas de Von Trier; su pesimismo con el mundo, la estructura dramática anteriormente mencionada, o la capacidad que tiene para crear imágenes de una gran fuerza visual.

Post-dogma.

Rompiendo las olas:

Bella historia de amor obsesivo que, como ya he dicho, tiene un final excesivamente sensiblero y, sin embargo, por la manera en que Von Trier cuenta la historia, acabas por creértelo.
Si “Europa” rompe la forma a la que Lars nos tiene acostumbrados, “Rompiendo las olas” rompe (valga la redundancia) el fondo, al albergar la esperanza que ninguna de sus películas tiene.

Los Idiotas:

Su película más provocativa y posiblemente la más inteligente.
“Los Idiotas” trata sobre un grupo que se dedica a hacer el tonto, fingen ser retrasados mentales, así de simple. Y es que, la verdad, hay algo fascinante en esto de fingir ser un idiota; reírte de todo el mundo, saltarse las convenciones sociales, poniendo en evidencia, de paso, la estupidez de muchas de ellas, evitar la responsabilidad…

Sin embargo, llega un momento (como en todas las películas de Lars, demasiado tarde), un punto de inflexión, en que la comuna de idiotas deberá jugársela de verdad, ser idiotas en su vida privada, ser idiotas cada uno por su cuenta (y no en grupo), ser idiotas, en definitiva, con las personas que más quieren y con las cosas que de verdad importan. Llegado ese momento sólo Karen, la chica nueva, será capaz. De esta manera Lars pone de manifiesto la falsedad y verdadera idiotez de quienes fingían ser idiotas.

Como digo una película inteligente de donde se sacan un sinfín de conclusiones: filosóficas, políticas, sociales… Y muy provocativa, incluso formalmente.
El mamón de Lars mezcla en esta cinta secuencias de gran belleza visual, con otras en las que los micros se meten en cuadro a posta (y en alguna hasta se ve a un operador de cámara…); ya se sabe, ganas de tocar los cojones (algunos lo interpretarán como “mayor credibilidad” ya que se trata de un documental… gilipolleces).

Bailar en la oscuridad:

Me da pereza hablar sobre esta película, mucho se ha dicho ya de ella. Sólo un par de apuntes:
- Lars es un gran director de actrices (según leí por ahí un auténtico tirano), la Kidman, Emily Watson y, Bryce Dallas Howard (en menor medida) dan prueba de ello en sus respectivas películas. Pero es sobre todo en esta, “Bailar en la oscuridad”, donde se demuestra lo que puede sacar Lars de sus actrices, con la “hermosa” Björk.
- Tremendista, excesiva de principio a fin. Cargante en momentos pero bonita si te llega.

Trilogía EE.UU.

Dogville:


Von Trier repite la historia, está vez para meterse con la América profunda. Básicamente la historia va de una muchacha (Kidman) que llega a un pueblecito perdido de América. Al principio los habitantes le dan cobijo y son muy majetes, cuando más tarde descubren que la chica es buscada por la policía empezarán a sobornarla y putearla hasta límites bastante cabrones.

Es muy conocida esta película por su carencia de escenarios.



A mí personalmente me parece lo de menos, no es más que otra gafapastada del amigo Lars (quien por cierto no lleva gafas de pasta. Se demuestra pues que el gafapastismo es un asunto espiritual y no estético jojo).

Es interesante, eso sí, por trasladar el teatro al cine, no sólo con esos escenarios, sino también al dividir la película en actos e introducir la voz en off del narrador omnisciente.

Pero bueno, lo realmente interesante de la película es la negrísima concepción que tiene Von Trier del género humano, y en especial de la sociedad americana, la doble moral cristiana,… una de las películas más oscuras que se hayan hecho, un mazazo a la conciencia humana. “Dogville” pone de relieve lo peor del ser humano, sus más bajos instintos; como en ocasiones la sociedad en su conjunto apoya en vez de castigar acciones tan deleznables como la explotación o las violaciones. La película además tiene uno de los finales más duros que haya visto, sin llegar al exceso al que este director nos tiene tan acostumbrados. Te deja petrificado.

Por otra parte es admirable como, aun sin escenarios a penas (esto elimina casi por completo la composición de cuadro), Lars es capaz de crear algunas imágenes de gran fuerza visual.

Manderlay:

No hay mucho que decir sobre esta película si ya se ha visto "Dogville". Se trata de la segunda parte de la trilogía sobre EE.UU.
Más de lo mismo, a cagarse un poquito más en los Estados Unidos y en el ser humano, esta vez con la esclavitud de por medio.

La historia una vez más se repite. Grace, la protagonista de “Dogville” (esta vez interpretada por Bryce Dallas Howard), llega a otro pueblucho (no diré cómo, pues tiene que ver con el final de “Dogville”), donde la esclavitud todavía existe. Tras conseguir abolirla, nuestra protagonista, siempre movida por su innata bondad y sus ganas de hacer de este un mundo mejor, decide quedarse, con el fin de instaurar una sociedad democrática donde convivan blancos y negros. Ni falta hace decir que la cosa no acabará como la buena de Grace quisiera.

Formalmente idéntica a su predecesora (salvo en el uso de la iluminación…), “Manderlay” no aporta nada que no hayamos visto antes en la filmografía de su director. Lo cual no quita que sea una buena película donde de nuevo un Von Trier muy personal nos muestra la oscuridad del alma humana. Tan humana, y por tanto tan oscura, la de blancos como la de negros.


Pese a considerarlo en ocasiones como gafapasta, pedante o excesivo, en la obra de Lars Von Trier se atisba algo de esencialidad.
De una manera u otra, siempre se pregunta lo mismo en sus películas: ¿Merecería el hombre ser salvado?


Jorge

martes, 9 de diciembre de 2008

Songs from the second floor - Roy Andersson (2000)




Cuando los necios hablan con los locos.


Tras el fracaso comercial de su segunda película, “Giliap” (1975), este director sueco se dedicó a la publicidad. Veinticinco años después volvió a los cines con esta cinta.

Precisamente en “Songs from the second floor” se puede apreciar la influencia de esos años en los que rodó más de cuatrocientos anuncios.


“Canciones del el segundo piso” podría considerarse una película collage, no formalmente como “Las margaritas” de Chytilova, pero sí en el aspecto de que cada escena sucede en un lugar diferente, sin transiciones entre uno y otro. Siempre cámara fija, plano general/medio y composición ultra-cuidada.


La cinta nos cuenta más de diez historias con un sinfín de personajes.

Al principio parece que todo sean sketches independientes, más tarde descubrimos que muchos están interconectados entre si.

Sirviéndose en muchos casos de un humor absurdo y negrísimo –apuesto a que bebe de los Monty Python-, Andersson hace una dura crítica a la socialdemocracia, al capitalismo, consumismo, a la Suecia partidaria del régimen nazi y hasta a la religión (no se salva ni el apuntador).

Marcha de autoflagelación masiva (fondo)


Las víctimas del capitalismo


“Songs from the second floor” es una película que habla de todo y nada, del detalle y lo general, lo pequeño y lo grande, del sentido, del sinsentido, de la vida. Mediante sus múltiples historias, e inspirándose en parte en un poema de Cesar Vallejo, la película nos habla de temas tan insignificantes como pillarse los dedos con una puerta y de otros tan profundos como la necesidad de amor.


Ésta es una película inteligentísima que apuesta por una escenografía e iluminación cuidada al más mínimo detalle.

Sus dosis de humor negro, su profundo simbolismo y la indescriptible belleza de muchos de sus planos hacen de ella una película muy interesante, con algunos momentos inolvidables.



Jorge

jueves, 4 de diciembre de 2008

FOTÓGRAFO DE GUERRA

Estoy estudiando periodismo, en 3º de carrera. Es un hecho que quería aclarar antes de comenzar a escribir este post. Durante 3 años nos han repetido constantemente que vivimos en una crisis de los medios de comunicación. Nos han hablado de la hibridación de los medios, del sensacionalismo, de la televisión del entretenimiento... Muchas veces me preguntaba, ¿qué hago estudiando periodismo? Yo no quiero terminar en un Salsa Rosa, ni contribuir al aumento de la brecha periodística.

Ayer por la noche, despues de cenar una hamburguesa de una cadena de comida rápida, lo que provocó en mi organismo una alteración anómala, me metí en la cama con el ordenador sobre las piernas. Casi todas las noches veo una película, algún capítulo de una buena serie o algún sucedáneo. Ayer tocaba un documental. !Y qué documental¡ "Fotógrafo de guerra" pretende hacernos llegar, a través del fotógrafo James Nachtwey, las injusticias que asolan el (sub)mundo en el que vivimos. Durante 95 minutos me encontraba absotro en la realidad que se mostraba en la pantalla de mi ordenador. Imágenes escalofriantes con el poder de hacer recapacitar. De veras, pensándolo detenidamente, me doy cuenta de la guerra, pobreza..., son temas trivializados en la sociedad. Es necesaria una voz autorizada que intente combatir esa lacra, y como dice el protagonista, "el fotógrafo es el antídoto para la guerra".

Después de ver "fotógrafo de guerra" recordé por qué quiero ser periodista. No sólo hay crisis en los medios, es necesario levantarnos contra ello y luchar, y mostrar a la sociedad la realidad del momento. Debemos ser críticos, debemos ser periodistas.


David Gutiérrez
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domingo, 23 de noviembre de 2008

EL WESTERN DE COLORADO

Colorado Jim, es la quinta película en la que coinciden el director Antonhy Mann y el gran James Stewart. Es un western ambientado en las montañas de colorado, abandonando así elementos típicos del oeste como el desierto, el ferrocarril… aunque aparecen otros como los indios o la búsqueda del oro. El paisaje montañoso elegido para lograr una muy buena fotografía, es un gran acierto.


Es otro tipo de obra dentro del propio género, donde la codicia y la ambición humana producen un western psicológico en un mundo abierto. Stewart, que aparece como antihéroe frustrado y menos caballeroso que lo habitual, está dispuesto a todo para recuperar su granja. Hace lo que sea para cobrar la recompensa por entregar a un fugitivo -la escena final, en un río bravo que refleja la desesperación, es un claro ejemplo-.

La causa principal de la obra reside en el egoísmo y la codicia de los tres personajes que quieren cobrar la recompensa, deseosos de compartirla con el menor número posible de camaradas. Sin embargo hay una subtrama amorosa entre Stewart y una Janet Leight (Lina) poco conocida por entonces. Lina es la compañera del fugitivo, sin embargo poco a poco se decanta por la compañía del cazarrecompensas, y se genera así un triángulo amoroso que provoca celos, envidia...

Sin duda no se trata del mejor western, y aunque tarda en enganchar al espectador, la última mitad de la película es embaucadora, y la escena final, con una violencia oculta, termina por dejar un buen sabor de boca.

David Gutiérrez Eguizábal
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BLOW UP - Michelangelo Antonioni


No es una película normal, es una película a medias. Ya lo dijo su propio autor en Cannes:Necesitaría al menos otro film para explicar BLOW UP”. Quizá por eso sea tan grande, por estar a medias, como la vida.

BLOW UP tiene un protagonista, un heroe, del que nunca oímos el nombre durante la película, pero que llamaremos Thomas (indicaciones del propio Antonioni en el guión), interpretado por David Hemmings, en el mejor papel de su carrera.

Thomas es un fotógrafo, por la mañana de modelos, por la noche de vagabundos. Como si tratara de hallar por las noches la realidad que el sol le oculta.

Un buen día, en el que transcurre la historia que vemos (de amanecer a amanecer), decide ir a comprar unos cuadros de paisajes a un anticuario. Como no da con lo que quiere se dirige a un parque cercano a tomar sus propias fotos. Allí encuentra a una pareja que parece estar jugando. La pareja capta por completo su atención y, cual voyeur, comienza a fotografiarlos, escondido entre los árboles.

Finalmente, la mujer (Vanessa Redgrave) le descubre y, molesta por la violación de su intimidad, pide que le entregue el carrete. Él se niega. La mujer se marcha corriendo, no sin antes decir: “Nunca me has visto”.

De vuelta en su estudio, la mujer del parque aparece de nuevo, intentando conseguir por todos los medios esas fotos.



Pero no se irá con ellas.

Cuando Thomas las revela, descubre una oscura verdad: se ha cometido un asesinato. Thomas es capaz de descubrir esto mediante ampliaciones (en inglés blow up) de las fotografías. Sin embargo llega a un punto de ampliación tal en el que el grano de la película fotográfica es enorme, y las imágenes casi irreconocibles.



“Cuando se utilizan ampliadoras [...] pueden verse cosas que probablemente el ojo desnudo no sería capaz de captar [...]. El fotógrafo de BLOW UP, que no es un filósofo, quiere ver las cosas más de cerca. Pero lo que sucede es que, al ampliarlas demasiado, el objeto se desintegra y desaparece. por lo tanto, hay un momento en que asimos la realidad, pero ese momento pasa. Este es en parte el significado de BLOW UP(Antonioni)

Es normal que en esta situación Patricia, uno de los personajes secundarios, compare estas imágenes con las pinturas abstractas de Bill, el amigo pintor de Thomas.
El propio Bill, al principio de la película, dice unas palabras que explican el proceso creativo, tanto de sus pinturas como de las fotografías de Thomas, e incluso de la propia película:
“Cuando lo pinto no me dice nada. Luego descubro cosas y de pronto todo se clarifica por sí solo. Es como encontrar la clave en una novela policíaca.”

Para cerciorarse de lo visto en las ampliaciones, Thomas va de nuevo al parque, donde efectivamente halla el cadáver. Al volver a su estudio se encuentra con que se han llevado todas las fotos. Sale en busca de la mujer durante toda la noche. Al amanecer, tras no encontrarla vuelve una vez más al parque, en donde también ha desaparecido el cadáver.


Muy lentamente, Thomas comienza a desandar lo andado, acompañado sólo por el sonido del viento. Baja las escaleras que le han llevado al parque, y comienza su andar errante, hasta llegar a unas pistas de tenis. Allí, dos mimos juegan al tenis con sus raquetas y su pelota invisible.



En un momento dado la inexistente bola sale del campo y Thomas la recoge y se la devuelve, aceptando de esta manera que la realidad presenta cosas invisibles.

El plano se mantiene fijo en el fotógrafo, que sigue con la mirada, de lado a lado, el juego de los mimos. Es entonces cuando oímos el sonido de las raquetas y la pelota.
Segundos después Thomas no está, se hace invisible, se desintegra, como si él mismo hubiese sido expuesto a una ampliación sobre otra ampliación, hasta desaparecer y desasirse de la realidad.
Sin duda una de las escenas más bellas del cine de todos los tiempos.

Con este final Antonioni nos da la clave (recordemos: “de pronto todo se clarifica por sí solo. Es como encontrar la clave en una novela policíaca”) de toda la película. Este es un mundo de apariencias, detrás de ellas se encuentra una realidad imposible de conocer.
Han pasado 24 horas y a Thomas no le queda una sola foto que demuestre todo lo que ha ocurrido; ¿Sucedió de verdad o tal vez no sucedió nunca? ¿Realidad o Fantasía?


Como la propia película nos enseña, la mirada lo es todo. ¿correcta o estrábica?


Jorge



domingo, 16 de noviembre de 2008

NEORREALISMO EN "ROMA, CITTA APERTA"


Rossellini trazó en “Roma, ciudad abierta” una obra con una importante carga moral y comprometida con la situación del momento de los italianos. Se puede decir sin equívoco que se trata de una película que inaugura la corriente neorrealista del cine italiano. Movimiento que consolidó obras de arte como “Ladrón de bicicletas”, “Milagro en Milán”, o “Umberto D.”. Películas que pretendían alejarse de los cánones cinematográficos desarrollados durante el fascismo italiano. El neorrealismo tuvo su momento álgido durante el final de la Segunda Guerra Mundial y sobre todo en la posguerra, y reflejaba el sentir de los italianos, la cruda realidad que asolaba Italia y Europa, la pillería de los mozos que tenían que actuar como adultos…

Así es “Roma, ciudad abierta”, una película rodada con falta de medios -la economía de posguerra así lo provocó- que dio lugar a un film cercano y espontáneo. Al rodarse prácticamente a la vez que se producía la ocupación nazi en Italia, puede decirse que la película tiene ciertos tintes documentales, a pesar de poseer una línea narrativa con importante precisión. Se pueden distinguir ciertos elementos propios del neorrealismo puro, como una puesta en escena que dista mucho de la perfección hollywoodiense.
La tendencia a la sinceridad que se puede apreciar en “Roma, citta aperta”, será una constante en el cine de Rossellini, como también lo son la intimidad de los personajes y los temas comprometidos.

La película - al igual que en el cine neorrealista- pretende reflejar la decadencia de la Italia desolada y triste que no levanta cabeza en la posguerra. No aporta esperanzas al espectador sobre un futuro alternativo. Quizá esa sea la causa de que “Roma, ciudad abierta” fuese un fracaso cinematográfico en su estreno en Italia.

El final es desolador en todos los sentidos, pero sin duda espectacular, a pesar de que el último plano aporte cierta esperanza, algo insólito en el neorrealismo. Un fin en el que se recordamos la escena de la tortura, o la de la opulencia nazi en la sala de al lado, donde un general alemán afirma no encontrar sentido a las barbaridades de sus compañeros: “No somos la raza superior”. Hay que reconocer y aplaudir la buena interpretación de unos actores no profesionales - hecho que se daba a menudo en el neorrealismo por la falta de presupuesto y porque los actores profesionales habían abandonado Italia- y de otros que sí lo son, como Anna Magnani y Aldo Fabrizi.

Rossellini es un genio, “Roma, citta aperta” una genialidad.

David Gutiérrez
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Van Gogh por Minnelli


El loco de mi pueblo se ha cortado una oreja. Dicen que por una puta.
Es pintor, si es que se le puede llamar así. Se tira todo el día por ahí, pintando siempre lo mismo: el campo, girasoles, campesinos, el sol… el sol.
Su obra es una mierda, con tanto colorín, esos brochazos descuidados, parece que todo lo haga con prisa.
Oí que el otro día unos cuantos vecinos entraron en su casa y le jodieron algunos cuadros. Qué pena no haber estado allí. Seguro que después estuvo llorando por sus dibujitos.
Apuesto a que no consigue vender uno en su vida. ¿Por qué no lo deja ya? Pobre imbecil, no sirve para nada.



El tiempo pone a cada uno en su sitio. Pero él nunca sabrá lo grande que fue.



Van Gogh se cortó una oreja
y se la dio a una puta
que la tiró extremadamente disgustada.

Van, las putas no quieren orejas
quieren dinero


supongo que ésa es la razón
por la que fuiste un pintor
tan grande:
no entendías
muchas cosas
más.
Bukowski



Qué sería de este mundo sin los perdedores.

Jorge

viernes, 14 de noviembre de 2008

Resonancias


Iluminación: la cruz


1927, Murnau utiliza en su película "Amanecer" un recurso de iluminación, la cruz, como simbolo de redención cristiana, del renacer de la persona.



Unos cuantos años después, en 1932, Howard Hawks utiliza este mismo recurso magistralmente, pero con un significado opuesto, la cruz como marca de fatalidad, presagio de muerte.
"Scarface, el terror del hampa"






Con el mismo significado fue usada esta iluminación hace un par de años en "Infiltrados", de Scorsese.




La belleza del movimiento:

Cuando vi la famosa bolsa de "American beauty" (Sam Mendes) no pude evitar acordarme de la "muerte" del globo rojo en "Le ballon rouge", de Albert Lamorisse.












Por cierto, Borat se ha colado en "Manhattan", de Woody Allen.




Jorge

jueves, 13 de noviembre de 2008

"ALGUIEN VOLÓ SOBRE EL NIDO DEL CUCO"


He de decir que la idea de este post es de un (querido) amigo mio, Diego (disney) - el que lo conozca sabrá de quién estoy hablando, es inconflundible-. Bueno, dejando de lado las motivaciones ligadas al nacimiento de esta nueva entrada, comenzaré con la misma: "ALGUIEN VOLÓ SOBRE EL NIDO DEL CUCO".

Poco queda por decir de esta película que no se haya dicho ya. Una de las mejores películas de los años 70. Sin duda la mejor de 1975 (así lo abalan sus 5 Oscar - premios comerciales de por sí que no siempre recompensan a los mejores, pero en este caso sí-)

Qué comentar de ese violador que nos conmocionó a todos. Y es duro decirlo, porque, sin entrar en moralidad, un violador es un violador. Pero no cuando lo interpreta el gran Nickolson. Un violador pasa a ser un personaje entrañable, en él no prima precisamante la maldad de sus actos.
En la realidad de la historia este personaje se las arregla para que le trasleden de la prisión a un centro psiquiátrico donde es capaz de alterar el orden existente, y con su propia personalidad instaurar la dictadura del caos.

Pero no sólo es destacable la actuación de Jack Nickolson. La película no sería la misma si no estuviese compuesta por los muebles que todo film precisa: unos buenos secundarios, como Louise Fletcher, William Redfield... Unos acompañantes únicos, como el gran Jefe, nuestro Jefe, el cual nos emocionó. También quería resaltar la dirección de Milos Forman que con su dualidad de primeros planos con medios, alcanzó una obra brillante y exquisita. Además supo acompañarla de increibles diálogos, de un montaje espectacular y una gran música...

Como ya he dicho antes, poco hay que decir sobre "Alguien volo sobre el nido del cuco", y creo que yo no soy el adecuado para escribir lo que falta, puesto que ya hace tiempo que vi la película, y aunque continúa en mi memoria - y en la lista de mis películas favoritas- puedo alterar la realidad por el tiempo pasado.
Por ello este post, en vez de ser la típica reseña, quiero que se convierta mi particular homenaje a un gran amigo... Diego, va por tí, espero que te haya gustado.

David Gutiérrez
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miércoles, 12 de noviembre de 2008

"FREAKS", MONSTRUOSIDAD SIN PRECEDENTES

Cuesta creer que en 1932, alguien fuera capaz de crear una película de estas características. Totalmente novedosa, es para algunos una película grotesca, para otros perceptible, sin duda, para todos original.

Tod Browning consiguió realizar un film sin precedentes, donde los monstruos - todos ellos reales, personas con deformaciones físicas - pasan a convertirse en la normalidad de la realidad fílmica. A su vez, las personas "normales", carecen de la humanidad que tienen los freaks, llegando a ser los verdaderos monstruos, al menos en el plano moral.
Los freaks, apoyados en un código interno con el que todos se autodefienden y valoran, superan sus propias limitaciones llegando a ser un "todo" que puede enfrentarse a quién pretenda dañar a uno de los suyos. Increible percepción de la que podríamos llamar monstruosidad.
La primera parte de la película presenta la realidad de "La parada de los monstruos". Las relaciones que mantienen los miembros "deformes" pretenden reflejar la aceptación que existe entre ellos: La mujer barbuda está casada con un miembro deforme, como el payaso con una de las siamesas... Se quieren como son, y se defienden.
En la segunda parte, comienza la verdadera historia. La bailarina - podríamos definirla con el más que nombrado tópico "bella por fuera, fea por dentro"- ayudada del forzudo del circo, planean una artimaña para conseguir el dinero de uno de los enanos... (No continuaré por no destripar el alma de la obra...)


El final de la película es un claro ejemplo de la conducta de los freaks, que guiados por el código se apoyan mutuamente. Llama la atención los movimientos lentos de estos seres cuando pretenden atacar a la bailarina y al forzudo: el personaje sin brazos ni piernas se arrastra por el suelo con un cuchillo en la mano; los enanos avanzan por debajo de los carros con la mirada fija en sus víctimas...

Realmente es una película conmovedora, que demuestra que los cánones de belleza no son vinculantes con el posterior conportamiento de las personas. "Dios cuida a todos por igual", dice la dueña del circo, pero ¿por qué nosotros nos guiamos por las apariencias?...

Recomiendo encarecidamente que quién no haya visto esta obra de arte del Cine la vea cuanto antes. Es sin duda la mejor película de un director conocido por sus films de terror, como "Drácula" (1931) , "Garras humanas" (1927) ...

¡Qué grande es el Cine! (como diría Garci...). Gracias a películas como esta el tiempo se detiene durante horas, y no importa lo demás en ese mismo instante. Es la magia de un buen film, que te envuelve, te hace protagonista de una gran historia. Cuando veo una película no pido nada más, sin embargo no es fácil conseguirlo.

David Gutiérrez
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Abschied von gestern - (Anita G.) - Alexander Kluge

O la película que vi el otro día y con la que voy a hacer mi entrada triunfal en el blog.




Anita G.

En españa, siguiendo esa tradición que tienen de llamar a las películas como les sale de las pelotas, la llamaron “Una muchacha sin historia”. Nada más lejos de la realidad, esta muchacha tiene una gran historia, eso sí, enormemente triste. Una tristeza que no estamos acostumbrados a ver en el cine. No hay lágrimas, no hay sensiblería, casi parece que no haya sentimientos pero, cuando miramos profundamente a los ojos de la bellísima Anita, sabemos que todo está allí.


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Nuestra protagonista, de quien sólo sabemos al inicio de la película que ha pasado de la RDA a la Alemania occidental, se ve continuamente obligada a huir sin cesar en un perpetuo enfrentamiento con una sociedad que no la acepta. No consigue abrirse camino en el Oeste porque todas sus parejas no ven más que un objeto en ella. Así, de amante en amante y de trabajo en trabajo acabará por dar con sus huesos en la cárcel.


Como decía al principio, Alexander Kluge consigue contarnos la historia de una manera tremendamente fría, distante. Cuantas veces podremos haber visto este cuento de jóvenes pérdidas, en huida constante, que sólo buscan quien les ame. Sin ir más lejos la famosa “Desayuno con diamantes”, un relato parecido pero, cuan diferentes son estas dos películas. Y no por las diferencias en la historia, sino por la forma de contarla.


Kluge es un genio. Formalmente… única, arriesgada, sorprendente, no sé, a veces incluso rozando lo experimental: predominio del primer plano, voz en off, citas y reflexiones introducidas como intertítulos, separación en capítulos, inserción de fotos, dibujos y falsos-documentales en mitad de la película…y todo ello cobra sentido gracias al montaje, éste radicalmente distinto del montaje clásico de Hollywood o del dialéctico de los autores soviéticos. Me arriesgaría a decir que el montaje de Kluge es el hermano bastardo del de la Nouvelle Vague, en cuanto a lo caótico de éste último.


Pero nuestro autor alemán no busca sólo la confusión, ni mucho menos, lo que busca con su montaje es la participación activa del espectador. Esto es muy difícil de explicar (y de entender) pero lo intentaré: cuando Kluge inserta en medio de sus películas fotografías, material de archivo, ilustraciones de libros, intertítulos,… yuxtaponiéndolos con la historia narrada, lo que pretende es que el espectador “despierte”, que haga asociaciones y deducciones. Kluge no coloca todos estos elementos con un sentido o significado final en mente (como haría Eisenstein), sino que busca que estas asociaciones sean propias, es decir, que sea el espectador quien les confiera el sentido.




Hay que verlo.

Cómo conseguirla… ni idea, la vi porque estaba en el último ordenador que robé. Si a alguien le interesa mucho que ponga un comentario y la subo al pando.


Jorge

martes, 11 de noviembre de 2008

"EL SÉPTIMO SELLO"



Europa sucumbe ante la peste negra. Un caballero y su escudero regresan a su país tras convatir en las Cruzadas en Tierra Santa. La muerte quiere llevarse al caballero Antony Blake, pero éste le ofrece una partida de ajedrez a la dama negra para obtener algo de tiempo y alcanzar respuestas trascendentales, ¿como qué hay tras la vida? ¿un Dios, el infierno, la nada?
"El séptimo sello" es una obra reconocida y reconocedora de Ingmar Bergman, uno de los mejores directores europeos.
Tras ver el film pensé en el propósito del mismo, reflexioné sobre qué quería transmitir el director, y llegué a la siguiente conclusión:
Todos los personajes son uno. Llegué a esta conclusión tras leer mucho sobre la película, ya que ésta logró cautivarme totalmente - no sólo cuando la veía y me apasionaba formalmente y en cuanto a contenido, también cuando terminó y deambulaba por la red buscando la teoría de otros aficionados al cine-. Como ya he dicho creo que todos los personajes que aparecen son el despiece de uno único, las diferentes partes que forman la personalidad del Ser Humano.
Anthony representa las dudas existenciales del mismo; su escudero, la racionalidad, la cordura; el juglar soltero, la locura... Cada uno de ellos es importante, tanto para formar al hombre, como para el planteamiento de la película. A así, quiero destacar a "la vida". Y ahora me explico:
"La vida" es el personaje femenino que el escudero salva en un momento del film. No habla, excepto al final -cuando la muerte viene para llevarse a Anthony y a quienes le acompañan-, y se arrodilla para sucumbir ante su destino. Sus actos son destacables para conformar y entender su personalidad: Cuando el escudero le salva la vida - valga la redundancia- y ataca a su agresor, el personaje femenino grita en vez de callarse. Este hecho demuestra que no quiere la muerte de nadie, sin embargo al final cuando llega la suya la acepta sin resignación. También hay que destacar su actuar en la escena de la quema de la bruja. En ella, "la vida" no abandona el lugar hasta que la joven condenada por brujería muere, a pesar de que sus compañero de viaje ya habían partido. Sin duda es un personaje interesante.

La película podría analizarse desde diferentes puntos de vista, desde los distintos personajes, pero eso llevaría mucho tiempo y análisis fílmico - y por ahora carezco de ambos. Digo por ahora porque aspiro a alcanzar los dos, o al menos el segundo-.

Pero sin duda es La Muerte la protagonista de la obra. Y así lo refleja Bergman. En todo momento está presente, ya sea en su forma típica de personaje, con el rostro pálido y el oscuro traje, o en forma de símbolos. Así sucede en una escena alegre y onírica: Los juglares - María, José, su hijo Miguel -, el escudero, La Vida y Anthony se encuentran sentados en el céspez picoteando unas "fresas (salvajes") y bebiendo leche. El momento es especial, pero la muerte les vigila por la espalda, en forma de máscara. Con esta escena el director quiere demostrar el constante acecho de la dama negra sobre la vida, incluso en los momentos menos esperados.

Es sin duda una película llena de simbolismo, así lo demuestra el nombre de la familia de juglares: María, José y Miguel. Sobran las palabras.

La genialidad de Bergman es observable en toda su obra, y reflejada en forma de metáforas visuales en "El séptimo sello". Sin duda una gran película. Sin duda, un Peliculón. Cine con mayúsculas.
Bergman, me quito el sombrero.

David Gutiérrez

LA RELIGIÓN SEGÚN DREYER

Por todos es conocida la religiosidad de uno de los grandes directores del cine,Carl Theodor Dreyer. Artífice de películas de la talla de "La pasión de Juana de Arco", "Vampyr, la bruja vampiro", o la propia "Ordet", Dreyer puede catalogarse como un director que impone la calidad ante la cantidad. La idisincrasia de su estilo le llevó ha realizar algunos de los mayores clásicos de la historia del Cine.
Pero no es momento de repasar su trayectoria, me centraré al contrario en una de sus mejores películas: La palabra, "Ordet". No destaca por su rapidez de planos, al contrario. Sin embago Dreyer conjuga de forma espectacular la forma y el fondo, por el uso del movimiento y del blanco y negro. Así como por la trascendencia e impacto que supuso su temática: el conflicto religioso
Pero vayamos por partes.

Ordet es una película donde el momento cumbre de la obra comienza cuando transucrre la hora y cuarenta minutos. El final es conmovedor, MILAGROSO, extraño. Dreyer impregna el film de una religiosidad contagiosa, pero sin entrar en este ámbito hay que defender la calidad de la obra.
La historia transucrre en la Jutlandia occidental, en 1925. El viejo y culto Morten Borgen, que dirige una granja, es el padre y líder de una saga familiar: tiene tres hijos, una nuera y dos nietas. Hay que destacar sin duda la presencia del mediano de los hijos, Johanseen, estudiante de teología que sucumbió ante la locura, la cual llegó de la mano de las dudas existenciales que nacieron en él mientras estudiaba. Un personaje importante, principal, genial. Es el autor, de hecho, del milagro final. Pero no quiero descubrir el final, sólo dar pinceladas para que quién no haya visto la película la vea, y quién tenga la suerte de haberla disfrutado, refelxione sobre ella.
El torrente de espiritualidad con el que Dreyer impregna el film se deja ver en una de las mejores secuencias: La conversación de M.Borgen, luterano, con el sastre, de la Iglesia de la Misión Interna. En ella ambos debaten sobre el posible matrimonio de sus dos hijos, con la religión como telón de fondo.

Con un blanco y negro bello y perfecto,y la luz y el detalle en los rostros y los objetos, Dreyer es capaz de crear cuadros en el transcurso de la historia. Quiero recordar - o presentar - (según si habéis visto la película o no) el encuadre maravilloso, el plano estremecedor del funeral. Parece pintado por el más sublime de los pintores, con la luz del ventanal que envuelve la habitación. Ese juego de blancos y negros, de luz y sombra que no hace sino que queramos parar la película para observarlo con detenimiento - al menos yo así lo hice-.


Ordet es, sin duda, la cima del lenguaje cinematográfico de Dreyer, distanciado de un cine convencional que nunca entendió.

David Gutiérrez Eguizábal

LA HISTORIA DEL CINE

"Soy ciudadano del cine", con estas palabras de Jean-Luc Godard me autodefino. Me declaro amante de una de las mayores formas de arte creada por el Hombre. Y qué mejor forma de empezar este blog que explicando lo que este teórico del cine entiende por este medio: "Vivo en la casa del cine. Una casa habitada por los grandes cineastas, directores, actores... En la primera planta vive Hitchcock, en la puerta de en frente habita Murnau. Al otro lado de la escalera se encuentra Lang..."
Yo como Godard, y como tantos otros, también me considero ciudadano del cine, y qué mayor motivación que alcanzar un apartamento en la casa del cine. Espero conseguirlo algún día.